5 señales de un buen estudiante de música

No todos los alumnos son iguales, todos los profesores lo sabemos. Dejando de lado los que vienen a clase «un poco obligados» (no pasa nada! todos hemos llorado de pequeños por ir a clase en vez de quedarnos jugando en la calle!) es cierto que hay alumnos que avanzan mejor y otros a los que les cuesta más. Si bien esto se debe a que existe un pequeño porcentaje de lo que llamamos «talento natural» que influye en la capacidad de aprendizaje, yo sin embargo soy una fiel creyente y defensora de que la actitud tiene muchísimo más importancia que la habilidad. ¿Pero en qué consiste la actitud?

Escuchar, atender, y responder.

Muchos alumnos vienen con tantas ganas de aprender que a veces no prestan atención. Quieren tocar mucho y muy rápido, pero el piano (y cualquier instrumento) requiere constancia y tiempo. Un buen alumno escucha y presta completa atención cuando está en clase, tratando de abstraerse de problemas o situaciones que ronden su cabeza. Este es un punto clave para mis alumnos adultos, que vienen a clase tras su jornada laboral pensando en cuestiones de trabajo. Un truco que les ayuda a tener concentración es hacer ejercicios de meditación antes de la clase: basta con sentarse 10 minutos antes de empezar, cerrar los ojos y pensar en la respiración. Este simple hábito ha impulsado la concentración de varios alumnos hasta tal punto que han pasado a repetirlo de forma diaria para conseguir concentración en otros aspectos de su vida.

Vivir las clases.

Es casi algo natural, pero hay que disfrutar de las clases. En el fondo las clases ocupan un tiempo de su día a día, y ya que consiguen tiempo y esfuerzo a hacer los ejercicios y estudiar, creo importante que lo hagan con seriedad y dedicación. Si no consigues esa motivación necesaria, entonces es momento de plantearte seguir con las clases…

Cuando la cosa se complica ¡no abandonan!

Es normal! Llega un momento en el que el nivel aumenta y la curva de aprendizaje se aplana. No pasa nada, pero hay que afrontarlo con ganas y diligencia. Hacer escalas y ejercicios de solfeo puede resultar un tostón, pero es necesario! Os aseguro que tiene su recompensa 🙂

Hacer preguntas.

No tengas miedo! Pregunta todo lo que se te ocurra, cualquier cosa que no entiendas, entiéndelo bien y no te vayas con dudas a casa. Cuando las dudas se acumulan, se vuelven barreras que dificultan el aprendizaje! Y hey! Que son clases particulares, tienes al profesor para ti solo, así que no tengas miedo.

Ensayar, ensayar y ensayar!

Ya sabéis que soy muy pesada con esto así que no lo voy a repetir más…

Y vosotros, ¿pensáis que se necesita algo más para avanzar correctamente en las clases? ¿Algún profesor con consejos?